Creemos firmemente que nosotros mismos – y no el gobierno – debemos decidir qué es lo mejor para nuestros cuerpos, nuestra salud y nuestras familias. Creemos firmemente que las personas de la clase trabajadora de Nebraska que buscan atención del aborto merecen apoyo y compasión.
En cambio, lo que vemos son líderes antiaborto en nuestro estado que aprueban leyes o abusan de las leyes existentes para socavar nuestra privacidad y amenazarnos con condenas de cárcel no solo por abortar, sino por ayudar a una amiga a abortar, ayudar a alguien a acceder a píldoras abortivas, ¡o incluso por compartir información sobre cómo abortar!
Estos ataques perjudican a todas las personas embarazadas, pero en particular a las personas LBGTQ+, a las personas negras y morenas, a los inmigrantes, a quienes viven al día y a otros grupos marginados, que siempre han sido desproporcionadamente vigilados y perseguidos por las fuerzas del orden.
Ya basta de esta vigilancia y de que el gobierno invada nuestras vidas privadas. ¡Estamos contraatacando!